Después de muchos meses me decido a contar lo que fue mi última salida en moto allá por Septiembre.
No
quiero enrollarme contando historietas de lesiones ni de
rehabilitaciones, pero sí de sensaciones y lo que te puede cambiar todo
en un segundo.
Sábado 6 de Septiembre de 2014, fecha a partir de
ahora grabada a fuego para mí, en aquel entonces prometía ser un sábado
más de trail, era un puente, nos íbamos a pasar sábado y domingo en moto
porque el lunes era festivo.
Quedé con Rodrigo y otro nuevo colega
que yo no conocía Jose Luis, el destino era recorrer algunas pistas ya
conocidas por Rodrigo por la montaña palentina y leonesa.
Salimos
de Oviedo, la moto de Rodrigo hace un amago de no arrancar, pero al
final arranca, ponemos rumbo a la cordillera en una mañana fría pero con
sol. Subimos San Isidro y hacemos las primeras fotos
Seguimos
ruta, por esas carreterillas leonesas de montaña que tanto me gustan,
intercalando pistas va pasando la mañana y tras más de 140km, recuerdo
que avise a Rodrigo de la necesidad de repostar antes de seguir, la idea
inicial era repostar cerca de Cistierna. Pero cuando veo el letrero del
pueblo, nos desviamos y nos volvemos a meter en pista cosa que en su
momento me extrañó.
En esos primeros tramos de pista no voy muy a
gusto, la moto se mueve más de lo normal, quizá las presiones, hay una
bajada con algún escalón pequeño, en la que Jose Luis que iba cerrando,
nos adelanta a Rodrigo y a mí, íbamos muy lentos para la SuperEnduro
Paramos
y lo primero que hago es bajar presiones, bebemos algo y seguimos.
Atravesamos algún pueblo y un Monasterio cerca de Renedo de Valdetuejar,
donde decidimos no parar y seguir hasta la hora de comer.
Ahora
voy cerrando el grupo, Rodrigo abre y Jose Luis le sigue, yo a mi ritmo
no voy excesivamente rápido, la pista está bien pero no invita a correr,
voy de pie, el sol pega fuerte y entonces lo primero que recuerdo es
arrastrar la cara (el casco) y tragar arena, polvo, arrastrar,
arrastrar, sí, parece eterno mientras estas ahí o no sé si es por la de
veces que visualizo mentalmente ese momento desde entonces y me parece
aún más largo.
Y en el momento que la inercia decide que pares
noto que la pierna esta debajo de la moto y hace crack. Me incorporo
sentado con la pierna todavía debajo de la moto, algo en el hombro o la
clavícula derecha no va bien, me quito el casco, las gafas, la braga del
cuello, intento sacar la pierna, imposible, levanto solo con la mano
izquierda y a la tercera la saco.
El pie esta suelto se me cae y todo
se mueve dentro, todo esto con la bota de enduro bien apretada, un
dolor brutal aunque luego sería peor, el brazo derecho no puedo moverlo
tampoco. Me quedo allí, en medio del polvo sin valorar aún la dimensión
de lo que pasa.
Llegan Rodrigo y Jose Luis, le digo a Rodrigo que
tengo la pierna rota, eso está claro. Y lo primero que empiezo a pensar
es como salir de allí, cuánto queda al pueblo más cercano, me viene a
la mente cuando sacamos a un colega del club 800 en Monegros con la
clavícula rota desde el monte , lo saque yo, ahora soy yo el que esta
jodido. Intento imaginar cómo subir a la moto de paquete y que me bajen,
pero no me puedo mover aquello duele demasiado.
Rodrigo pone en
marcha el rescate, llamadas al 112, al seguro, noto bastante tensión y
nervios en el ambiente y no sé si yo por no ser consciente del todo de
lo que tenía o qué, intente mantener la calma, tenía mucha sed, calor,
pero no me podía mover. Parece que la ambulancia viene de camino, puede
entrar en la pista porque es transitable. Calculo que tardara mínimo una
hora.
Me marco el objetivo de aguantar una hora allí, Jose Luis
sale hacia el pueblo para guiar a la ambulancia, Rodrigo se queda
conmigo, esos minutos no se olvidan, me apoyo en la rueda de su moto, me
improvisa una sombrilla con 4 helechos, las moscas me comían, un calor
horrible
Y
por fin llega la ambulancia, no tardaron tanto como yo pensaba, vienen 3
tíos y una chica. Primero despelotarme sin moverme mucho, me saco la
chaqueta, el peto de enduro y me quedo en camiseta
Ahora
viene lo gordo, subirme a la camilla, cada movimiento en la pierna es
horrible. Me meten dentro, a quitarse las botas, quieren cortar con unas
tijerillas de enfermero, botas de enduro de cuero, ni de coña. Abrimos
los 4 cierres con cuidado y saco el pie como puedo, me cortan los
pantalones y la media, en una primera observación el medico dice que
posiblemente sea el tobillo…me cogen una via y me drogan un poco.
Agradecer
a Jose Luis estas fotos que aunque en el momento de tensión, no es
políticamente correcto hacerlas, ahora ahí están como recuerdo
Me
despido de Rodrigo, mi moto queda en casa de una señora en Renedo de
Valdetuejar hasta que el seguro se haga cargo. Nos vamos al Hospital de
León. Salir de la pista fue una odisea, porque la ambulancia no podía
girar y había que buscar una zona ancha, después volver y salir, calculo
que casi una hora para salir de la pista mas otra hora y pico para
llegar a Leon por carreteras que me hicieron echar de menos a la pista,
cada bache era una tortura.
En Urgencias de León, me reencuentro
con Rodrigo y Jose Luis. Me hacen placas y me dicen que tengo rotos
tibia, peroné y el hombro. Lo del hombro me extraño, porque no dolia
nada, o dolia mucho menos en proporción a la pierna.
A partir de
ahí, 3 dias en Leon, peleando con el seguro, traslado horrible a Gijon y
una semana mas en cama hasta la operación, total 10 dias sin moverme y
con un calor infernal, noticias contradictorias del hombro, en 10 dias
entraron 10 medicos distintos, penoso
Me operan de la pierna, con
dos placas y 17 tornillos y del hombro con una prótesis. En total cinco
meses de recuperación hasta hoy. No estoy ni estaré al 100% ya nunca
más por la limitación de movimiento del hombro, la ventaja de la
prótesis es la ausencia de dolor…pero solo eso, lo demás es una mierda,
así de claro, desde la ignorancia, me parece increíble que con la de
avances que hay en medicina no se haya inventado todavía algo que supla a
un hombro.
Muchos
bajones y subidones estos meses, suerte que me motivo con pequeñas
cosas, el peor recuerdo es el primer mes de dependencia total y luego
los casi tres meses en silla de ruedas, visto desde la distancia parece
fácil ahora, pero fue horrible.
Este es el relato de lo que pasó
aquel día, centrándonos en el tema moto, lo normal, al principio ni oír
hablar de ella, luego empiezas a pensar que vas a hacer, decides
venderla por los meses que va a estar parada.
A veces piensas y
por qué no quedármela y salir en plan tranqui, pero es que yo siempre
voy tranquilo, alguna vez corres pero en mi caso lo tengo que ver muy
claro, los que siempre han venido conmigo lo saben. Luego te dices que
no, que se acabó, pero una afición no desaparece de la noche a la
mañana. Esa sensación que tenía después de una ruta, entrando por Gijón
lleno de mierda y barro a veces, cansado, pero con un subidón de haber
disfrutado haciendo lo que te gusta es brutal y saber que no lo vas a
volver a repetir es muy jodido.
Y por qué no volver, pues lo
primero la parte mental, la confianza a día de hoy no se todavía la
razón por la que me caí, iba de pie, la hipótesis es que se fue la rueda
delantera por una pequeña rodera, pero ni idea. Con esto, ¿con que
confianza me meto a hacer una pista ahora sabiendo que puedo caer a la
mínima? Y ya no es caer, es la de hierros que llevo encima, la poca
movilidad del brazo, la fuerza, por lo que la moto de campo como yo la
entendía aunque fuese trail light, aunque me joda admitirlo creo que se
acabó.
Otra cosa será pasado un tiempo que entre el gusanillo de
moto y vuelva, pero lo dicho, campo no. Ahora ya casi haciendo vida
normal te das cuenta de que podía haber sido mucho más gordo, o al revés
caer salir rodando y seguir ruta como tantas otras veces. No creo en la
mala suerte, todo pasa por algo, aunque en este caso las razones son
difíciles de explicar.
No se trata ahora de dar pena o de esperar
los comentarios animándome a volver, me los imagino antes de publicar
esta crónica. Tampoco creo que sea una despedida de los foros, aunque
lógicamente no será lo mismo.
Sin querer tiendes a hacer resumen
de estos casi 10 años de trail, me acuerdo siempre de mi maestro
Chus4x4 con el que conocí la esencia del trail, los mejores rincones de
Asturias, con quien empezó todo. Después Rodrigo, protagonista de esta
crónica, otro amigo para siempre. Me acuerdo de todas las rutas con
moterosastures, los viajes y la gente del club800, el viaje a Marruecos
en 2009 con mi padre que ahora ya queda como poco más que mítico, mi
sueño pendiente era repetirlo con la 690, imposible ya.
Bufff muchas emociones juntas, que aunque parezcan despedida no lo es, no quiero que lo sea.
Nos veremos seguro en el futuro en otra trail, no se ni cuándo ni como pero nos veremos.
Mucho cuidado ahí fuera, en un segundo puede cambiarte todo.
V’ss