jueves, 5 de febrero de 2015

¿SE ACABO EL TRAIL?

Después de muchos meses me decido a contar lo que fue mi última salida en moto allá por Septiembre.

No quiero enrollarme contando historietas de lesiones ni de rehabilitaciones, pero sí de sensaciones y lo que te puede cambiar todo en un segundo.

Sábado 6 de Septiembre de 2014, fecha a partir de ahora grabada a fuego para mí, en aquel entonces prometía ser un sábado más de trail, era un puente, nos íbamos a pasar sábado y domingo en moto porque el lunes era festivo.
Quedé con Rodrigo y otro nuevo colega que yo no conocía Jose Luis, el destino era recorrer algunas pistas ya conocidas por Rodrigo por la montaña palentina y leonesa.

Salimos de Oviedo, la moto de Rodrigo hace un amago de no arrancar, pero al final arranca, ponemos rumbo a la cordillera en una mañana fría pero con sol. Subimos San Isidro y hacemos las primeras fotos



Seguimos ruta, por esas carreterillas leonesas de montaña que tanto me gustan, intercalando pistas va pasando la mañana y tras más de 140km, recuerdo que avise a Rodrigo de la necesidad de repostar antes de seguir, la idea inicial era repostar cerca de Cistierna. Pero cuando veo el letrero del pueblo, nos desviamos y nos volvemos a meter en pista cosa que en su momento me extrañó.

En esos primeros tramos de pista no voy muy a gusto, la moto se mueve más de lo normal, quizá las presiones, hay una bajada con algún escalón pequeño, en la que Jose Luis que iba cerrando, nos adelanta a Rodrigo y a mí, íbamos muy lentos para la SuperEnduro



Paramos y lo primero que hago es bajar presiones, bebemos algo y seguimos. Atravesamos algún pueblo y un Monasterio cerca de Renedo de Valdetuejar, donde decidimos no parar y seguir hasta la hora de comer.

Ahora voy cerrando el grupo, Rodrigo abre y Jose Luis le sigue, yo a mi ritmo no voy excesivamente rápido, la pista está bien pero no invita a correr, voy de pie, el sol pega fuerte y entonces lo primero que recuerdo es arrastrar la cara (el casco) y tragar arena, polvo, arrastrar, arrastrar, sí, parece eterno mientras estas ahí o no sé si es por la de veces que visualizo mentalmente ese momento desde entonces y me parece aún más largo.

Y en el momento que la inercia decide que pares noto que la pierna esta debajo de la moto y hace crack. Me incorporo sentado con la pierna todavía debajo de la moto, algo en el hombro o la clavícula derecha no va bien, me quito el casco, las gafas, la braga del cuello, intento sacar la pierna, imposible, levanto solo con la mano izquierda y a la tercera la saco.
El pie esta suelto se me cae y todo se mueve dentro, todo esto con la bota de enduro bien apretada, un dolor brutal aunque luego sería peor, el brazo derecho no puedo moverlo tampoco. Me quedo allí, en medio del polvo sin valorar aún la dimensión de lo que pasa.

Llegan Rodrigo y Jose Luis, le digo a Rodrigo que tengo la pierna rota, eso está claro. Y lo primero que empiezo a pensar es como salir de allí, cuánto queda al pueblo más cercano, me viene a la mente cuando sacamos a un colega del club 800 en Monegros con la clavícula rota desde el monte , lo saque yo, ahora soy yo el que esta jodido. Intento imaginar cómo subir a la moto de paquete y que me bajen, pero no me puedo mover aquello duele demasiado.

Rodrigo pone en marcha el rescate, llamadas al 112, al seguro, noto bastante tensión y nervios en el ambiente y no sé si yo por no ser consciente del todo de lo que tenía o qué, intente mantener la calma, tenía mucha sed, calor, pero no me podía mover. Parece que la ambulancia viene de camino, puede entrar en la pista porque es transitable. Calculo que tardara mínimo una hora.

Me marco el objetivo de aguantar una hora allí, Jose Luis sale hacia el pueblo para guiar a la ambulancia, Rodrigo se queda conmigo, esos minutos no se olvidan, me apoyo en la rueda de su moto, me improvisa una sombrilla con 4 helechos, las moscas me comían, un calor horrible



Y por fin llega la ambulancia, no tardaron tanto como yo pensaba, vienen 3 tíos y una chica. Primero despelotarme sin moverme mucho, me saco la chaqueta, el peto de enduro y me quedo en camiseta





Ahora viene lo gordo, subirme a la camilla, cada movimiento en la pierna es horrible. Me meten dentro, a quitarse las botas, quieren cortar con unas tijerillas de enfermero, botas de enduro de cuero, ni de coña. Abrimos los 4 cierres con cuidado y saco el pie como puedo, me cortan los pantalones y la media, en una primera observación el medico dice que posiblemente sea el tobillo…me cogen una via y me drogan un poco.



Agradecer a Jose Luis estas fotos que aunque en el momento de tensión, no es políticamente correcto hacerlas, ahora ahí están como recuerdo

Me despido de Rodrigo, mi moto queda en casa de una señora en Renedo de Valdetuejar hasta que el seguro se haga cargo. Nos vamos al Hospital de León. Salir de la pista fue una odisea, porque la ambulancia no podía girar y había que buscar una zona ancha, después volver y salir, calculo que casi una hora para salir de la pista mas otra hora y pico para llegar a Leon por carreteras que me hicieron echar de menos a la pista, cada bache era una tortura.

En Urgencias de León, me reencuentro con Rodrigo y Jose Luis. Me hacen placas y me dicen que tengo rotos tibia, peroné y el hombro. Lo del hombro me extraño, porque no dolia nada, o dolia mucho menos en proporción a la pierna.

A partir de ahí, 3 dias en Leon, peleando con el seguro, traslado horrible a Gijon y una semana mas en cama hasta la operación, total 10 dias sin moverme y con un calor infernal, noticias contradictorias del hombro, en 10 dias entraron 10 medicos distintos, penoso

Me operan de la pierna, con dos placas y 17 tornillos y del hombro con una prótesis. En total cinco meses de recuperación hasta hoy. No estoy ni estaré al 100% ya nunca más por la limitación de movimiento del hombro, la ventaja de la prótesis es la ausencia de dolor…pero solo eso, lo demás es una mierda, así de claro, desde la ignorancia, me parece increíble que con la de avances que hay en medicina no se haya inventado todavía algo que supla a un hombro.





Muchos bajones y subidones estos meses, suerte que me motivo con pequeñas cosas, el peor recuerdo es el primer mes de dependencia total y luego los casi tres meses en silla de ruedas, visto desde la distancia parece fácil ahora, pero fue horrible.

Este es el relato de lo que pasó aquel día, centrándonos en el tema moto, lo normal, al principio ni oír hablar de ella, luego empiezas a pensar que vas a hacer, decides venderla por los meses que va a estar parada.

A veces piensas y por qué no quedármela y salir en plan tranqui, pero es que yo siempre voy tranquilo, alguna vez corres pero en mi caso lo tengo que ver muy claro, los que siempre han venido conmigo lo saben. Luego te dices que no, que se acabó, pero una afición  no desaparece de la noche a la mañana. Esa sensación que tenía después de una ruta, entrando por Gijón lleno de mierda y barro a veces, cansado, pero con un subidón de haber disfrutado haciendo lo que te gusta es brutal y saber que no lo vas a volver a repetir es muy jodido.

Y por qué no volver, pues lo primero la parte mental, la confianza a día de hoy no se todavía la razón por la que me caí, iba de pie, la hipótesis es que se fue la rueda delantera por una pequeña rodera, pero ni idea. Con esto, ¿con que confianza me meto a hacer una pista ahora sabiendo que puedo caer a la mínima? Y ya no es caer, es la de hierros que llevo encima, la poca movilidad del brazo, la fuerza, por lo que la moto de campo como yo la entendía aunque fuese trail  light, aunque me joda admitirlo creo que se acabó.

Otra cosa será pasado un tiempo que entre el gusanillo de moto y vuelva, pero lo dicho, campo no. Ahora ya casi haciendo vida normal te das cuenta de que podía haber sido mucho más gordo, o al revés caer salir rodando y seguir ruta como tantas otras veces. No creo en la mala suerte, todo pasa por algo, aunque en este caso las razones son difíciles de explicar.

No se trata ahora de dar pena o de esperar los comentarios animándome a volver, me los imagino antes de publicar esta crónica. Tampoco creo que sea una despedida de los foros, aunque lógicamente no será lo mismo.

Sin querer tiendes a hacer resumen de estos casi 10 años de trail, me acuerdo siempre de mi maestro Chus4x4 con el que conocí la esencia del trail, los mejores rincones de Asturias, con quien empezó todo. Después Rodrigo, protagonista de esta crónica, otro amigo para siempre. Me acuerdo de todas las rutas con moterosastures, los viajes y la gente del club800, el viaje a Marruecos en 2009 con mi padre que ahora ya queda como poco más que mítico, mi sueño pendiente era repetirlo con la 690, imposible ya.

Bufff muchas emociones juntas, que aunque parezcan despedida no lo es, no quiero que lo sea.

Nos veremos seguro en el futuro en otra trail, no se ni cuándo ni como pero nos veremos.

Mucho cuidado ahí fuera, en un segundo puede cambiarte todo.

V’ss